Romper el hielo

Introducir el blog en el aula de español como LE a través de un blog puede proporcionarnos una gran experiencia de enseñanza-aprendizaje; a través de esta herramienta, nuestros alumnos pueden realizar una comunicación significativa y auténtica, que transciende absolutamente los límites del espacio del aula y los integra en el mundo digital, repleto de posibilidades comunicativas.

Sin embargo, antes de dejarnos llevar por el entusiasmo de ver a nuestros alumnos como autores de blogs, debemos tener en cuenta las características del grupo. Su nivel de alfabetización digital, el perfil, los medios disponibles y su estilo de aprendizaje pueden hacer tambalear nuestros buenos propósitos. Tal vez ninguno de los aprendientes se lance a la piscina de la exposición pública sin instrucciones minuciosas o elaboraciones exhaustivas. O tal vez lo hagan simplemente para cubrir la papeleta de forma rutinaria y sin implicación alguna.

Es natural que muestren cierta falta de autoconfianza en sus capacidades tecnológicas o lingüísticas para participar y exponer públicamente sus aportaciones y no debemos infravalorar estas actitudes ya que pueden representar un importante bloqueo para nuestros alumnos. Para lograr un óptimo aprovechamiento del blog, habremos de desplegar nuestras dotes como dinamizadores; en muchos casos, tendremos que llevar a cabo también un papel de alfabetizadores digitales. En grupos muy heterogéneos, la estrategia ha de ser necesariamente flexible y gradual.

Imagen de Krappweis

Imagen de Krappweis

Una solución eficaz para iniciar el trabajo con alumnos renuentes es la propuesta de blogs colectivos con dos o más usuarios registrados. La creación de proyectos comunes donde los estudiantes colaboran y comparten su aprendizaje facilita que estos se apropien de los objetivos y se impliquen activamente al mismo tiempo que reforzamos el sentido de comunidad.

El trabajo se puede plantear a través de la distribución de funciones entre los participantes, a través de un modelo de tutoría mutua o a través de la respuesta organizada a un detonante propuesto por nosotros. En cualquier caso, cuanta mayor autonomía alcancen, más probabilidades tendremos de fomentar un diálogo auténtico. En un primer momento, el profesor puede fijar el tema, ritmo, número de posts, etc. sin embargo, para lograr nuestro objetivo, debemos superar este papel de guía y pasar gradualmente a convertirnos en un participante más en una relación horizontal con el alumnado.

Las aplicaciones de un blog colectivo pueden ser tan diversas como en un blog personal: un diario de clase, un escaparate de reflexiones, opiniones o eventos sobre un tema determinado, un cuaderno de ejercicios… Participar en esta decisión puede reforzar la motivación del alumnado y garantizarnos cierto grado de compromiso, imprescindible en el éxito del proyecto.

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